“Tuvieron que apelar a todo el aparato de la Iglesia católica y evangélica para marchar ayer”

Marta Alanis, miembro de Católicas por el Derecho a Decidir y de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, se refirió a la marcha antiaborto realizada el pasado domingo y aseguró que “tuvieron que apelar a todo el aparato de la Iglesia católica y evangélica”.

“Para lograr la marcha contra la despenalización del aborto tuvieron que apelar a todo el aparato de la Iglesia católica y evangélica. He visto cosas muy desagradables como un feto gigante. A la vez que hacen campaña en contra de la legalización, superculpabilizan a las mujeres que han pasado por esa experiencia”, dijo Alanis en declaraciones al programa A los botes que se emite por Futurock.
 
En este sentido, aseguro que cree “que hay que legalizar el aborto, que siempre tiene que estar vigente el secreto vocacional. Hay gente que se opone a eso y se oponen también a los métodos anticonceptivos”. 
 
Además consideró que está segura de que “pedirán perdón dentro de 500 años” y que “se puede ser católico y no obedecer en estos temas. Las mujeres católicas abortan en la misma proporción que las no creyentes”.
 
“Si realmente creemos que esto puede ser más caro, que tenemos que pagar esto con nuestros impuestos es una locura. Ya lo estamos pagando ahora. Nosotros no promovemos que las mujeres se embaracen para abortar. Ser madre es una decisión. Obligar a niñas que sean madres es de un nivel de incomprensión descarada”, afirmó.
 
La referente también dijo que “la culpa es una construcción colectiva y cultural. La religión la utiliza para dominar a las mujeres. Estos sectores tienen un problema con la sexualidad. Asocian el placer con el pecado y el aborto con el delito”.
 
“Algunas mujeres no se lo perdonan nunca. El feminismo no genera culpas, sino el poder de ampliar los márgenes de la libertad, el poder de decidir. La Iglesia no debe imponer su malestar en el resto de la población”, agregó.
 
“Cuando hablamos de aborto, no estamos hablando de alegrías, sino de un alivio ante una preocupación. No hay trauma en sí, las mujeres que se trauman son producto de la presión religiosa y cultural”, sintetizó Alanis.
 
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